* Lee el
siguiente texto:

Doña Francisca, la mamá de Manuelín, prepara
el rico desayuno que toma su familia: una sopa caliente de harina de habas,
cancha de maíz suave y agüita de toronjil.
Don Ricardo, el papá de Manuelín, está de
viaje. Él trabaja para su comunidad. Se encarga de conseguir los compradores
para sus cosechas, por eso tiene que ir de pueblo en pueblo llevando las
muestras de lo que han cosechado. Cuando no se logra vender la cosecha, la
gente de su comunidad se queda sin dinero para hacer otras compras y sufre
mucho.
Manuelín vive con sus tres hermanos: Carmelita,
Antonieta y el pequeño Hugo, que aún anda en pañales gateando por toda la casa.
Ellos son menores que Manuelín, por eso tiene que cuidarlos.
A él le gusta la naturaleza. Incluso,
siente que le habla.
En las mañanas, cuando está con sus animales,
escucha al río que lo saluda.
-¡Manuelín...
Manuelín...! -le dice con alegría.
Él corre por la orilla contestando el
saludo.
-¡Manuelín...
Manuelín...! -lo llaman las flores.
-¡Manuelín...
Manuelín...! -le dicen los pajaritos con sus bellos trinos.
Él imita sus cantos para contestar sus
saludos.
-¡Manuelín...
Manuelín...! -lo saluda el Sol.
Él se esconde de sus rayos para jugar.
Y en las noches..
-¡Manuelín... Manuelín...! -le habla la
Luna.
-¡Manuelín... Manuelín...! -le dicen las estrellas.
-¡Manuelín... Manuelín! -lo saluda la
noche oscura.
Y
Manuelín les responde, sonriente, a cada uno de ellos. Luego se despide, guarda
sus animales y se va a su casa a compartir la cena con su familia.
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